Las pesadillas son sueños perturbadores que hacen que el soñante al despertar se sienta ansioso y asustado. Las pesadillas pueden ser respuestas a situaciones y traumas reales. Este tipo de pesadillas se clasifica en una categoría especial denominada Pesadilla de tensión Post-traumática (PSN). Las pesadillas pueden también ocurrir porque hemos ignorado o rehusado a aceptar una situación particular de la vida. La investigación ha demostrado que la mayoría de la gente que tiene pesadillas regulares ha tenido una historia familiar con problemas psiquiátricos, experiencias con drogas, personas que han contemplado el suicidio, y/o han pasado relaciones tormentosas. Las pesadillas son un indicio de temores que deben ser reconocidos y confrontados. Es una manera en que nuestro subconsciente da un aviso.
Todos hemos tenido pesadillas en alguna ocasión de nuestras vidas. Las pesadillas son bastantes normales. Pero, ¿qué es exactamente una pesadilla y por qué las tenemos?
Las pesadillas son una subcategoría de los sueños. La diferencia estriba en su contenido emocional o atemorizador. A causa de su propia naturaleza, se tiende a recordar las pesadillas y sus detalles vívidos. Las pesadillas tienen un impacto más grande sobre la mente al despertar y sus imágenes pueden permanecer a lo largo del día.
Una de las razones de ocurrencia de las pesadillas puede ser que nuestro subconsciente quiere lograr nuestra atención sobre una situación o problema que se ha evitado. Es tiempo de enfrentar un problema o situación. Las pesadillas tienen un propósito importante en mostrar lo qué inquieta a la persona desde dentro de ella a niveles más profundos. Discutir, analizar, y comprender las pesadillas puede conducir a la solución de algún problema, conflicto interno o dificultad personal.
Como hemos dicho antes, tener pesadillas es normal, pero tenerlas frecuentemente puede ser una señal de estar abrumado y bajo tensión. Las pesadillas pueden ser un recurso importante para el conocimiento de la personalidad y el descubrimiento emocional. Transmiten una ayuda y mensaje importante para aclarar los posibles conflictos en la vida. Es importante distanciarse del contenido emocional (temor, congoja, enfado, dolor, etc.) de la pesadilla y analizarla desde una perspectiva objetiva. Las emociones perturbadoras pueden ser una manera en que el subconsciente intenta impedir una excavación profunda en el significado de las pesadillas. Sin embargo, merece la pena intentarlo y tener un sentido de esos sueños más obscuros.
Es necesario tener un pensamiento positivo antes de dormir. Es importante dejar las preocupaciones de lado y tomar un baño relajante cuando se esté estresado. El sueño presupone un estado de relajación. Un organismo exitado es incapaz de relajarse. Cuando una persona sufre un trauma, en los sueños se le repite muchas veces en forma de pesadillas recurrentes y cuando una pesadilla se repite, quiere decir que no se ha encontrado solución a los conflictos relacionados con el sueño en la vida real. Desde el punto de vista mental, esas pesadillas constituyen un alivio, aunque sea difícil poderlo ver así.
Este tipo de pesadillas son las que mayor impacto puede causarnos. Los sonidos del ambiente se vuelven progresivamente nítidos, percibimos lo que ocurre alrededor, el cuerpo empieza a moverse, la conciencia regresa y sabemos que estamos despertando. Pero, ¿os ha pasado alguna vez que os quedais atrapados entre el sueño y la vigilia, en un limbo de desesperación del que no podeis salir? Es lo que se denomina parálisis durante el sueño con regular y es una experiencia de pesadilla que a veces parece adentrarse en lo sobrenatural, y que merece una explicación más detallada.
Se conoce como parálisis del sueño, conciencia durante el sueño o sueño lúcido, a una condición no patológica que suele producirse cuando el individuo está quedándose dormido o despertándose. Ocurre cuando se adquiere conciencia de lo que está ocurriendo alrededor, en muchos casos el individuo incluso abre los ojos y observa el lugar en el que se acostó, y sin embargo su cuerpo no le obedece. Cuando dormimos, uno de los mecanismos de defensa del cuerpo es justamente la parálisis, para evitar que nos hagamos daño al “actuar” en nuestros sueños; en otras palabras, el cerebro se desconecta del cuerpo. Al parecer uno puede despertarse tan bruscamente que no da tiempo a que el cerebro y el cuerpo vuelvan a conectarse, de modo que la parálisis se mantiene incluso cuando ya se ha recobrado la conciencia. En esos momentos la persona puede sufrir mucho, ya que además de no poder moverse, son frecuentes las alucinaciones: una de las más recurrentes consiste en sentir una presencia extraña y amenazante cerca. De hecho, se piensa que muchas de las narraciones sobre abducciones de extraterrestres no son más que episodios de parálisis del sueño, los cuales pueden ser de tal nitidez que se confunden con la realidad.
No todas las personas experimentan parálisis del sueño en sus vidas (un porcentaje del 25 al 40% de la población, el cual que aumenta en los narcolépticos), y de acuerdo con ciertos estudios, los individuos más imaginativos son los más suceptibles de padecer parálisis del sueño y elaborar las alucinaciones. También predisponen los estados de estrés, las alteraciones en los horarios y períodos de sueño, la ingesta de alimentos pesados, las posturas incómodas, entre otros.
Durante la parálisis del sueño el soñador cree caminar, bajar escaleras, llegar a otra habitación… solo para darse cuenta de que en ningún momento abandonó la cama o sofá, y de que no puede moverse o emitir sonido alguno aunque lo intente con todas sus fuerzas. Es corriente también tener la sensación de que existe una presencia extraña, que incluso puede llegar a sentir que una persona coloca sus manos sobre él, con lo que realmente siente esa presencia. Pero, definitivamente, lo más angustioso y aterrador de la parálisis es precisamente la incapacidad de realizar movimientos voluntarios y emitir sonidos, hasta el punto en que se siente un agudo dolor en los esforzados músculos que uno lucha por liberar. A veces un episodio sucede a otro de manera continua e intermitente: el soñador consigue despertarse completamente pero vuelve a quedarse dormida e inmediatamente despierta pero con parálisis, y el círculo se repite una y otra vez. Una situación que aterra sólo al recordarla.
Recomendaciones para quienes sufran parálisis del sueño:
- Tratar de mantener la calma y respirar profundamente.
- Comenzar por mover las manos y los párpados para salir de la parálisis.
- Evitar el desorden en el sueño y las siestas a deshoras.
- Evitar las posturas incómodas, particularmente dormirse boca arriba.
Espero les haya gustado!
Lily
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